Retomo la palabra en este pequeño recoveco virtual luego de años en silencio. Bueno, no años humanos exactamente, pero quizá años de perro.
Siempre me cuesta empezar a hablar con espontaneidad. Y se supone que de eso trataba este blog. Relatar mi cotidianidad. Pero bueno, quién me quita lo bailado, no? Este... empecemos con lo obvio. Cuánto cambió todo desde la última vez que aquí escribí. Demasiado. No 180º, pero 90º por lo menos. En escasos meses he hecho/dicho/sentido cosas que nunca pensé que podría. Rompí con la linealidad del amor que hacía que diera todo por sentado. Fue como saltar a la pileta sin saber si había agua, como tirarse del avión sin saber si abría el paracaídas, como caminar en la cuerda floja sin saber si abajo hay una red. En fin, 500 analogías más.
Este nuevo tinte impredecible de mis días está bastante bueno, debo admitir, y, ya que hablamos con sinceridad, también da un poco de miedo. Pero no ese miedo paralizante. Es un miedo que hace que te muevas con cautela, pero ante el menor sobresalto salgas corriendo desaforadamente, llevándote todo por delante, gritando y agitando los brazos.
Mi única premisa por ahora (y que estoy respetando a rajatabla) es "mejor arrepentirse de lo hecho, que de lo que nunca se hizo". Y ya me vengo arrepintiendo de ciertos hechos. Pero nada insalvable. Aún, (o más o menos, pero en fin, we're young). Pronto llegarán las novedades.
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| Why is love so horribly complicated? Well, I think that's exactly the thing that makes it so... beautiful. |
